Quizá
este sea un nuevo comienzo o simplemente la oportunidad de retomar el rumbo y dirección
de tu vida, quiero hoy hacerte un desafío…. a que emprendas la búsqueda
personal, diligente y significativa de lo que yo llamo la vida abundante: una
vida llena de éxito, bondad y bendiciones, te sugiero estos principios básicos
a fin de que todos podamos lograr una vida de éxito sea cual sea el campo en
que te desenvuelves.
Manten Siempre una Actitud Positiva
El primer
principio básico se refiere a la actitud. William James, un psicólogo y
filósofo pionero de los Estados Unidos, escribió: “La revolución más grande de
nuestra generación es el descubrimiento de que los seres humanos, al cambiar su
actitud mental, pueden cambiar el aspecto exterior de su vida”
Tantas
cosas en la vida dependen de nuestra actitud. La forma en que escogemos ver las
cosas y respondemos a los demás marca toda la diferencia. El poner nuestro
mejor empeño y luego decidir ser felices en nuestras circunstancias, sean
cuales sean, nos trae paz y satisfacción.
Charles
Swindoll —escritor, educador y pastor cristiano— dijo: “Para mí, la actitud es
más importante que… el pasado… que el dinero, que las circunstancias, que los
fracasos, que los éxitos, que lo que otras personas piensen, digan o hagan. Es
más importante que el aspecto físico, los talentos o la habilidad. Determinará
el éxito o la caída de una compañía, una iglesia o un hogar. Lo extraordinario
es que cada día podemos decidir qué actitud tendremos ese día”
No
podemos dirigir el viento, pero podemos ajustar las velas. A fin de tener la
mayor felicidad, paz y satisfacción posibles, decidamos tener una actitud
positiva.
Cree en Ti mismo
El
segundo principio es creer en ti mismo, en las personas que te rodean y
en tus principios y/o valores.
Sean
sinceros con ustedes mismos, con los demás y con su Padre Celestial. Una
persona que no fue sincera con Dios hasta que ya fue demasiado tarde fue el
cardenal Wolsey, quien, según Shakespeare, tuvo una larga vida al servicio de
tres soberanos y gozó de riquezas y poder. Al final, fue despojado de su poder
y sus posesiones por un rey impaciente. El cardenal Wolsey se lamentó:
De haber servido a mi Dios con sólo la mitad de
celo
que he puesto en servir a mi rey, no me hubiera
entregado éste, a mi vejez,
desnudo, al furor de mis enemigos.
Thomas
Fuller, un clérigo e historiador inglés que vivió durante el siglo XVII,
escribió esta verdad: “No es creyente aquel que no vive de acuerdo con su
creencia”
No se
pongan límites y no permitan que otras personas los convenzan de que lo que
ustedes pueden hacer tiene un límite. Crean en ustedes mismos y luego vivan de
tal modo que puedan lograr aquello de lo que son capaces.
Ustedes
pueden lograr lo que crean que pueden lograr. Confíen, crean y tengan fe.
Supera tus Desafios con valor
El valor se convierte en una
virtud valiosa y significativa cuando se lo considera no tanto como la voluntad
de morir con valentía, sino como la determinación de vivir con dignidad.
El
ensayista y poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson dijo: “Sea lo que sea que
hagas, necesitas valor; sea cual sea el camino que escojas, siempre habrá
alguien que te dirá que estás equivocado; siempre surgen dificultades que te
tentarán a creer que quienes te critican están en lo cierto. El trazar un curso
de acción y seguirlo requiere una porción del mismo valor que necesita un
soldado. La paz tiene sus victorias, pero se necesitan hombres y mujeres
valientes para ganarlas”
Habrá
ocasiones en que tendrán temor y se desanimarán; tal vez se sientan derrotados;
las probabilidades de lograr la victoria quizá parezcan abrumadoras. En
ocasiones tal vez se sientan como David cuando intentó luchar contra Goliat;
pero recuerden: ¡David ganó!
Se
necesita valor para dar el primer paso hacia nuestra meta anhelada, pero se
necesita aún más valor cuando uno tropieza y debe hacer un segundo esfuerzo
para lograrla.
Tengan la
determinación para realizar el esfuerzo, la resolución para trabajar a fin de
alcanzar una meta digna y el valor no sólo para enfrentar las dificultades que
inevitablemente llegarán, sino también para realizar un segundo esfuerzo, en
caso de ser necesario. “A veces, el valor es esa vocecita suave que, al final
del día, dice: ‘Mañana volveré a intentarlo’”
Ruego que
recordemos estos principios básicos al comenzar nuestra jornada hacia el nuevo dia
o un nuevo emprendimiento, que cultivemos una actitud positiva, una creencia de
que podemos alcanzar nuestras metas y resoluciones, y el valor para enfrentar
cualquier desafío que se presente en nuestro camino. Entonces disfrutaremos de
una vida abundante.
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